martes, 18 de septiembre de 2007

La casa de Asterion (1949) y Amnesiac (2001)



Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.
Apolodoro: Biblioteca, iii, I.


La primera vez que leí aquella melancólica descripción del Minotauro, el otrora mítico mounstruo de la mitología griega, que en el famoso cuento de Borges, que dicho sea de paso es parte del libro de cuentos El Aleph que es de 1949, quedé contrariado ya que el Minotauro de Borges no era otra cosa que un ser solitario, que buscaba salir del estado de soledad en el que se hallaba, sin darse cuenta de que su diferencia con los hombres era infranqueable, y que por tanto su soledad, al parecer, no terminaría debido a su unicidad... como el mismo puede vaticinar :

Armando Valdez

"Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado sol; abajo, asterión."

jose grave de peralta

Y así, justificándose aún en su condición especial, al menos no plebeya, lo que se nos muestra es el retrato de este ser cuasi infantil, que no es comprendido, que no puede ni quiere ser comprendido por las personas que él también desprecia y delas que se queja, aunque puede vislumbrarse cierta herida por ese desprecio, cierta envidia que el pobre Asterion mitiga inventándose juegos, o amigos similares a él.



Al parecer el minotauro llamado Asterion de Borges busca constantemente escapar de este estado de soledad, por tanto persigue a los hombres en las galerías hasta que uno le profetiza la llegada de un redentor y la última satisfacción del minotauro es la espera de éste, sin saber que es Teseo, su asesino.



Este Minotauro expuesto por Borges, a mi parecer no actúa de forma distinta a la mitología. Es solo que Borges ya no se centra en el papel del héroe sino que enfatiza esta tesis que, creo yo, identifica a los victimarios como víctimas en sí mismas y viceversa; lo cual le da un giro humano y empático al rol de héroe y de villano. La naturaleza del texto suprime los actos del Minotauro en virtud de mostrar esa parte de su conciencia, los actos son consecuencia de una búsqueda interior, un hurgar en su persona e idiosincracia como eje de la anécdotalo cual no hubiera tocado la mitología. Por eso creo, el involucramiento con el Minotauro de Borges era más sentimental que épico. Lo cual ya supone un cambio en la cosmovisión del personaje mítico en el siglo XX.




50 años despues, osea en el 2001, saldría el quinto disco de Radiohead, el esperado Amnesiac. Más allá de detenerme en el quid del asunto, a saber la música del disco, diré que me percaté de que el muñequito de la portada del cd era el Minotauro. Oh sorpresa, y está llorando. Luego vi que la portada incluía unos triangulos extraños que lo rodeaban y todo eso con un fondo totalmente rojo.



Ya sé que a los toros les llama mucho la atención el color carmesí, por eso era aún más extraño que un ser como el minotauro llorara en ese contexto cuando debería estar excitado y violento.



Todo eso me dio pie para suponer que en ambas expresiones artísticas, el cuento y el dibujo, iba de la mano una seguidilla de cambio en la percepción social con respecto a personajes antiguos y míticos en el cual éstos personajes antes poderosos, van perdiendo su fuerza y son más débiles, más humanos, más empáticos y por tanto menos ajenos. No sería la primera vez, pero me llama la atención especial este caso ya que el Minotauro, el humano-toro más temido en la Grecia antigua, cuya fama incluso llegaba a Egipto, se hubiese transformado en un ser solitario que buscaba compañía y era presa del solipsismo, tal como aparece en el cuento de Borges, y posteriormente, a ponerse a llorar en su propio laberinto porque, como creo entender, se da cuenta de que está solo y tal vez hasta perdido.


En el disco de Radiohead ya ni siquiera actúa buscando algo que le permita redimirse o desfogarse. Sencillamente está ahí, llorando. Me acuerdo de esta aparente degradación de los héroes, de este cambio del eje central que ha hecho que héroes y villanos se conviertan en seres con debilidades o carencias enormes, seres que ahora podemos mirar y sentir más cerca sin tenerles respeto o miedo. Creo que cada expresión artística idealiza como norma al arquetipo de hombre o ser de su época específica, si es así tal vez sea que el pesimismo ha ganado terreno en la frágil concepción que el hombre tiene ahora de sí mismo. Tal vez con justa razón.



¿Cómo será el minotauro dentro de 10 años?